¿Alguna vez te has despertado por la mañana aliviado por saber que lo que estabas soñando era todo mentira?
Bien.. ahora, ¿alguna vez te has despertado cayendo en la cuenta que lo estas viviendo no es una pesadilla, sino algo que realmente te está pasando y que no puedes despertar de ello, por mucho que te pellizques?
Ese miedo que te perseguía desde siempre pero que decias: "Eso a mi nunca me pasará" o "Creo que esas cosas las superaria bastante bien". Pues cuando ocurren no son como creías.
Somos débiles. Puede matarnos una espada como una pluma bien usada. A tu alrededor todo puede convertirse en un arma potencial si la ocasión lo permite. Incluso él, incluso su forma de pensar, incluso el màs absurdo gesto de su parte puede romper tu corazón en millones de pedacitos que jamàs nadie serà capaz de reconstruir. Incluso ellos, que te han querido toda tu vida a veces solo saben ser egoístas y pudrir el ambiente en el que vives.
Somos propensos a vivir desgracias, pero demasiadas veces esas desgracias ciegan las pinceladas de alegria que el día ha podido regalarte. Y realmente, ¿qué haríamos sin esos toques de felicidad?...
Y dependemos tanto de ellas para no tocar el fondo que estamos locos por seguir con ellas, por no perderlas, por no dejar desaparecer lo único que tiene importancia en ese momento en tu vida. Y dependes tanto que, sean mentira o no, mientras te produzcan ese bienestar, seguirás luchando por tenerlas.
Pero un día, sin gran sorpresa entiendes que lo que en un principio empezó como algo satisfactorio y espontáneo, se convirtió en un medio de supervivencia hipócrita que no puedes soportar. Y ahora, ¿qué harás sin ellas? ¿Decides parar y enfrentarte a la parte oscura de tu vida o seguir compaginando ambas para seguir adelante?
Pues déjame decirte que no es tan fácil elegir. Si como yo, tu paz interior depende de la sinceridad y la seguridad de uno mismo con uno mismo, querrías tener las cosas claras. Pero quizá no seas como yo, y seas como otros, y aún aguantes esa bola de nudos falsos que a pesar de todo te siguen proporcionando placer hasta un momento indetermidado, hasta algún día explotar o hacer explotar a la persona con la que juegas.
Pero, desgraciadamente, abundan más de éstos que de los anteriores. Ni bien ni mal, diferentes.
Yo solo quiero personas con los mismos valores que yo. Y no las soltaré.
0 comentarios:
Publicar un comentario