Uno, dos, tres...

Contemos las mil maneras que tienes de atraparme en tu mundo.

Porque tú fuiste ese chico que me hundió en la locura desde el primer beso de mayo, en esa locura que anima mis días y mece mis noches, esa de la que estoy tan adicta como también lo estoy de tus mil y unas preciosas cualidades y defectos. Porque nadie, nadie más que tú supo darme simplemente, lo que yo esperaba de alguien. Encontrarte no fue nada fácil, quizás fruto del azar, pero ahora tengo la sensación de estar inmiscuida en pleno cuento de hadas. Y como cuento que es y autores que somos, rellenamos sus páginas con la más bella de las tintas, los más lindos momentos, los mejores besos que una princesa pueda esperar de un príncipe. Y pasamos de página, para descubrir que a pesar de los altibajos de la historia, cada párrafo escrito nos une más y más... y el amor que se desprende de ellos es más que nunca palpable.