Sentir los latidos de mi corazón al compás de cada palabra rimada es una sensación que nunca me cansará. Bases que me transportan, que me dan escalofríos, que me recuerdan a mi época de inocencia, donde el amor aun era sueño y los besos valían oro. Dos primaveras pasaron y finalmente nuestros caminos se cruzaron, pero melodías como éstas siempre me recordarán a la primera tarde en tu casa, donde una desconocida entró dos años atrás y hoy volverá a entrar como algo más que eso.
El día que no te tenga, al menos, tendré tu voz grabada.
0 comentarios:
Publicar un comentario