La verdad, nada más que la verdad.

Me leéis. A pesar de que no escribiera nada más en el blog, algunos se seguían metiendo mientras otros lo encontraban. Hay que tener ganas de cotillear cuando en un principio el blog no estaba a la vista, pues llegué a cambiarle el enlace para que personas no deseadas no lo leyesen. Ahora llego a la conclusión de que me da igual, todo lo que escribo aquí es sencillamente lo que pienso, y no es un delito que lo sepáis. 

Si no actualizaba era por no escribir más mierda. Ya hay suficiente por las redes sociales como para repetirme una y otra vez. Si actualizo ahora no es porque no vaya a escribir más mierda, porque la hay, nada ha cambiado realmente desde que dejé de escribir, pero durante un tiempo hubo una pequeña esperanza de dejar todo esto atrás y quizás seguir adelante más fuerte que nunca, nuevas ilusiones, sueños por realizar e inagotables mimos.

Por mi parte seguiré pensando que es imposible enamorarse de dos personas a la vez, pues como una vez dijeron, si te enamoras de ambas, elige la segunda, porque conseguiste sentir amor a pesar de estarlo de la primera.

Pero las cosas cambian, ¿verdad? Todos hemos luchado por lo que queríamos, sin importar los demás, el amor es una guerra en la que la amistad ya no importa, y si te ciega estás perdido, porque al recuperar la vista, todo por lo que has luchado se queda en nada, no has avanzado sino andado hacia atrás. Él no es como pensabas, él quizás no te corresponda aunque lleves años pensando que sí, él no es tu futuro, ni con quien volverás a sentir lo mismo jamás, aunque te hiciera creer que sí.

Y es cansada de todo que elijo una vida sin él, por no haber sabido aprovechar lo que más de uno hubiera pedido por el resto de su existencia, algo demasiado profundo y perfecto para ti quizás. 

Hasta hace poco esta decisión me hubiera parecido de lo más surreal, ahora es la meta de todas mis reflexiones. De cagada en cagada, tiro yo, que ahora me toca...