Llevo pensándolo varios días, y estoy en las mismas que antes de ayer y anoche. No estoy segura de ser capaz de resumir el año aquí.
Para empezar, quisiera recordar este año como lo recuerdo ahora, un sueño. Sin demasiado detalle y ese efecto de flashback típico de las series. Que las escenas de mis recuerdos se vayan superponiendo una tras otra, sin orden preciso, como trozos de una película. Si cierro los ojos lo primero que veo, o quiero ver, es él. ¿Acaso os sorprende? Ha sido lo más bonito de mi año, aunque el amor se haya desvanecido por completo. En concreto, los meses junto a él posiblemente sean los que menos recuerdo, los que más rápido se han pasado. Cuando lo pasas bien el tiempo vuela, ¿no dicen eso?
Seguidamente aparecen ellos y sus sonrisas. Amigos que, a pesar de no ser perfectos, siempre consiguen hacerme sonreír, evadir, con cualquier tontería. Nuestras frases llegaron lejos, impregnamos sin querer a gente a nuestro alrededor de felicidad, y quien hubiera dicho que casi nos separamos... Son pocos los grupos que no lo hubieran hecho después de todo aquello. Y estar -casi- como el primer día es lo que da ganas de seguir disfrutando de cada una de vuestras personalidades, tan distintas entre sí pero tan similares en el fondo.
Pero más que hablar del 2011, que en escasas horas habrá acabado, me gustaría imaginarme el año que me espera. Probablemente uno de los años más importantes de mi vida, pues no son pocas las cosas que van a cambiar. Selectividad y Distancia quizá sean las que marquen los futuros meses del curso. Distancia en varios aspectos. He perdido de vista varias personas, al igual que me he acercado más de otras, por error o por casualidad, y lo seguiré haciendo si necesario. Pero más que alejarme sentimentalmente, alejarme físicamente es otro de los aspectos que me preocupan este año. Con 18 recién cumplidos, ese futuro cambio en mi vida hace que mi corazón lata a mil por hora de tan solo pensarlo, a pesar de mis infinitas ganas de volver donde hace menos de una semana ya estaba. La compañía hoy día apenas importa ya, el futuro cercano sigue estando demasiado lejos como para hacer planes con personas que ni siquiera sé si serán trascendentes más allá de mi adolescencia..
Seguramente el año no empiece ni como previsto, ni como quiero, ni como el año pasado, pero ojalá sí ocurra como los seis primeros meses del 2011, lleno de amor, sueños y felicidad. Me gusta pensar que lo peor ha pasado, que de ahora en adelante, me esforzaré más por buscar las cosas buenas, si por vuestra parte, me ayudáis a omitir también las malas.
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