Me han hecho falta semanas y semanas y millones de discusiones para entenderlo, y si no lo hacía era porque simplemente, no soy así. Siempre tan calculadora y perfeccionista con todo, dejar que el tiempo hiciese las cosas por mí no era opción plausible. Pero parece ser que, a veces, es lo mejor.
Confío en que ésta sea una decisión que cambie de una vez por todas el día a día, un standby que nos focalice en el futuro y descansemos en el presente. Yo, al igual que tú, no deseo más que unas Navidades perfectas y me remito a dejarla en manos del destino y de nuestras ganas de tenerla. Nada va a salir mal si no queremos que así sea.
Y ya está.
Por nosotros.
We are, the promises
We are, words again
We are everything.
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