Tan cerca y tan lejos.
Expectativas y realidad.
Verdades y mentiras.
He caído en lo que una relación, fuese del tipo que fuese, no debería caer nunca; la desconfianza.
No llevaba chaleco antibalas y recibí los golpes, los sufrí hasta lo más profundo y los aguante, pero los trozos de metal se quedaron clavados donde ya nadie conseguirá sacarlos. Después me reprochan el ser tan calculadora, el no fiarme de nadie. "Siempre fuiste así", me dicen. No están en lo cierto, no era así antes.
Cambiamos de aires con esperanzas de darle un vuelco a la situación, quedarnos nosotros, pensar en nosotros, estar con nosotros. Le echamos la culpa al medio en el que vivíamos, pero nuestros fallos nos lo llevamos a kilómetros de nuestras casas. ¿Por qué? Porque nunca cambiaremos, ni tú ni yo. Jamás desconectaremos de las demás personas ni de los secretos. Esperaba tanto de ti precisamente porque sabía que podías dármelo, pero te has convertido en quien quiero y odio a la vez por no ser el de antes. Estar contigo y sin ti me hace el mismo daño, y como pensaba anoche en el coche; "¿De qué me recuperaría antes? ¿De su compañía o de su ausencia?"
Las promesas se hacen hipócritas, un mañana contigo y un hoy sin ti no me complace. Las promesas son para siempre, joder. Las palabras se dicen pensadas, joder. Tantas veces hablando de valorar personas y tan poco parecemos valorarnos. Echamos de menos sólo cuando no estamos y nos queremos durante dos días, hasta que nuestros verdaderos "yo" salen de nuevo a flote. Pero no me gusta tener que provocar tu cariño una y otra vez.
¿Dónde está aquel chaval que me dirá te quiero después de cada comida, que me cogerá de la mano sin necesidad y que sólo me llamará "cariño" a mí?
But i will see you again...
I will see you again a long time from now.
0 comentarios:
Publicar un comentario